Una semana más seguimos nuestro camino por las emociones básicas en el programa enComunicación de esRadio Valencia FM. En esta ocasión hablamos del miedo.
La función básica del miedo es avisarnos de un peligro. Esta circunstancia, sea real o imaginaria, inminente o no, puede poner en riesgo nuestra integridad o el bienestar que hemos tenido hasta el momento. Normalmente, el miedo desaparece cuando termina la situación que lo ha generado.
Ante un peligro real, el miedo es una emoción muy positiva. Pretende mantenernos a salvo y lograr nuestra supervivencia lo máximo posible.
El problema del miedo es cuando no existe una causa real que lo genere, sino que se produce en nuestra cabeza. Imaginamos los peores escenarios posibles ante situaciones que nos preocupan y no sabemos cómo resolver.
En este último tipo de miedo, -el imaginario-, existen dos circunstancias especiales:
- miedo al fracaso, con la preocupación por cometer errores, la culpa por haberlos cometido, queremos que todo salga bien desde el principio.
- miedo al rechazo, a no ser aceptado en un grupo familiar, social, profesional, queremos gustar a todos.
El miedo se expresa en el cuerpo con:
- Mucha tensión
- Ojos muy abiertos
- Sensación de frío, temblor, sudor en las manos
- Respiración irregular: sentimos angustia y ansiedad
- En ocasiones, nos protegemos el cuerpo y la cara con brazos y manos
El miedo se manifiesta en dos tipos de acción:
- Huir del peligro buscando protección, sea del tipo que sea: salir corriendo, gritar, pedir ayuda, esconderse….
- Atacar como defensa ante la amenaza. Este “ataque” puede ser realizado físicamente, pero también con determinadas acciones que protejan el “territorio propio” como insultar, menospreciar al otro, usar la violencia…
¿Cómo podemos superar el miedo?
Existen situaciones donde el miedo es tan agudo que supone una parálisis real para la persona, convirtiéndose en fobia. En estas circunstancias se requiere un tratamiento especializado para afrontarlo.
Ahora bien, en el proceso de coaching podemos superar la emoción del miedo para convertirla en un motor que impulse nuestra vida.
Seguiremos unos pasos muy concretos:
- Ser conscientes de lo que nos genera miedo, identificar las causas, las situaciones que interpretamos “amenazantes”, nuestras debilidades…
- Gestionar las creencias limitantes, los pensamientos que nos inducen al miedo. Se trata de definir las situaciones concretas, separando claramente los hechos, las opiniones, los valores y las emociones. En definitiva, “mirar con otra perspectiva” el miedo.
- Soltar y desahogar el nudo emocional. Cada persona elegirá qué método es más adecuado, a través de la risa, del llanto, de la meditación, del ejercicio..etc. Con esto, ganamos energía y coraje para deshacernos de esos pensamientos que nos limitan
- Y, por último, actuar…traspasar el miedo para superar los desafíos y a nosotros mismos.
Por difícil que parezca, pasar del miedo al coraje SÍ es posible.