En la actualidad todas o, por lo menos, la mayoría de las organizaciones, hacen su mayor esfuerzo en funcionar como un equipo global.
¿A qué nos referimos cuando empleamos este concepto de trabajo? Existe amplio consenso en definir que un equipo es un grupo de personas con actitudes e incluso, formas de pensar diferentes, pero que interactúan y piensan de forma coordinada para conseguir un objetivo común.
Es decir, desempeñarse como una auténtica orquesta y no como un grupo de solistas. Pensar que dentro de la organización contamos con personas más o menos expertas en sus respectivas áreas no es sinónimo de que tengamos un equipo.
Lo que establece la diferencia es el compromiso y la cooperación donde cada integrante del equipo aporta a éste todas sus capacidades y recursos personales para contribuir al objetivo común.
¿Se nos ocurriría pensar que los miembros de un equipo no se hablasen o que se ocultasen información? De entrada, diríamos que esa situación no se sostendría ni conseguirían resultados, al menos de manera eficaz para la organización.
Sin embargo, este es el contexto “funcional y emocional” que se respira en muchas organizaciones. Las circunstancias laborales adversas y la enorme competitividad interna han hecho perder de vista el verdadero espíritu de equipo, ya no sólo entre los miembros de un mismo departamento, sino que alcanza también la relación con otros departamentos.
En algunos casos, para solucionarlo, se recurre a profesionales del coaching para realizar trabajos de coaching de equipos.
Las empresas, a la hora de solicitar su intervención, exponen en su diagnóstico entre otros los siguientes motivos:
- Solucionar problemas de comunicación entre los miembros del equipo
- Mejorar las relaciones personales
- Motivar a los equipos
- Tener una visión compartida de los objetivos que se quieren alcanzar
La principal causa de los conflictos dentro de los equipos, a la que se alude con frecuencia en informes y estudios de casos, es la falta de comunicación.
¿La falta de comunicación es la causa o el efecto de que existe un conflicto originado por otros motivos?
¿Puede la falta de comunicación enmascarar una falta de confianza?
En mi opinión, sin duda que si.
En ámbitos donde reina la confianza, existe coherencia entre lo que se piensa, lo que se dice y lo que se hace.
Son equipos donde se tienen en cuenta y se respetan las aportaciones personales y profesionales de cada uno de sus miembros; existe una clara y definida distribución de funciones; el liderazgo se asienta en valores humanos sólidos; están alineadas las trayectorias de la cultura organizacional y la de los equipos… y donde, por supuesto, la comunicación existe y fluye.
En cambio, en aquellos ambientes donde existen desajustes entre las metas individuales y las del equipo, surge la desconfianza y los miembros del equipo van limitando su cooperación (generan trabas, ocultan información, no aplican su mayor potencial, etc.). La comunicación se reduce, deja de ser creíble o simplemente está ausente.
¿Qué posibles razones explican estos comportamientos?
Los psicólogos Joseph Luft y Harry Ingham, a través de un esquema denominado la ventana de Johari, identificaron cuatro áreas donde se conjugan las variables del propio conocimiento con el grado de conocimiento que poseen los demás.
En este modelo existen dos interlocutores: los demás y el yo. Estudia y describe el flujo de información teniendo en cuenta dos perspectivas: la exposición (cuánto se muestra a los demás) y la retroalimentación (cuánto se acepta de los demás).
La ventana de Johari es una herramienta de la psicología cognitiva para analizar los procesos de interacción humana.
El área libre es la información que compartimos con los demás, y viceversa, mediante la comunicación.
El área ciega es todo aquello que los demás saben sobre nosotros, pero nosotros desconocemos.
Con bastante frecuencia esta zona es donde se producen situaciones de desconfianza, de temor, que pueden generar un mal ambiente de trabajo en equipo.
El área oculta contiene información que nosotros sabemos, pero no la comunicamos a los demás. Pueden ser ideas, conocimientos, errores del pasado, dudas que no se expresan, miedos a no ser aceptados, etc.
Al igual que en el área ciega, el área oculta es también una zona de desconfianza y por tanto, fuente de posibles conflictos.
Por último, el área desconocida supone lo que no conocemos ni nosotros ni los demás en los momentos presentes.
Expandir el conocimiento compartido entre el yo y los demás será resultado de que existe confianza. Se podrá avanzar juntos en la consecución de objetivos, recorrer un camino de descubrimientos, de aciertos y de errores… para construir unas sólidas relaciones profesionales y obtener un alto rendimiento.